doi: 10.56294/saludcyt2024.1030
REVISIÓN
Insonmia: cardiovascular risk factor in adult people
El Insonmio: factor de riesgo cardiovascular en personas adultas
Joel Carrera González1 *, Giampiero Campelo Palacios2
*, John Galarza Mendoza3
*, Alejandra Hurtado Taranto4
*, Dario Cazares Morales5
*, Fabián Zavala Gálvez6
*, Juan
Carlos Serrano7
*, Diego Cedeño Molina8
*, Mercedes Cruz Campoverde9
*
1Centro Médico AFAMEDI, Guayaquil, Ecuador.
2Hospital Militar Universitario Dr. Carlos Arvelo, Caracas, Venezuela.
3Hospital Nicolás Cotto Infante, Vinces, Ecuador.
4Centro de Salud Venus de Valdivia, Santa Elena, Ecuador.
5Centro Médico Nueva Esmeraldas, Santo Domingo, Ecuador.
6Hospital General Teófilo Dávila, Machala, Ecuador.
7Centro de Salud Urbano Balzar, Guayas, Ecuador
8Universidad Católica Santiago de Guayaquil, Carrera de Medicina, Guayaquil, Ecuador.
9Sanatorio Urquiza, Quilmes, Argentina.
Citar como: Carrera González J, Campelo Palacios G, Galarza Mendoza J, Hurtado Taranto A, Cazares Morales D, Zavala Gálvez F, et al. Insonmia: cardiovascular risk factor in adult people. Salud, Ciencia y Tecnología. 2024; 4:.1030. https://doi.org/10.56294/saludcyt2024.1030
Enviado: 28-02-2024 Revisado: 02-05-2024 Aceptado: 10-10-2024 Publicado: 11-10-2024
Editor: Dr.
William Castillo-González
Autor para la correspondencia: Joel Carrera González *
ABSTRACT
Introduction: cardiovascular diseases (CVD) will be the cause of 24.2 million deaths in the world in 2030 and the poor quality and quantity of people’s sleep are increasingly related to their risk factors, including insomnia.
Objective: the main objective of this research work was to know the influence of chronic insomnia as a risk factor for cardiovascular diseases in adults.
Method: the present study is based on an integrative review of the literature of articles published between the years 2012-2024, obtained from the journal portal Scientific Electronic Library Online (SCIELO) and the bibliographic databases SCOPUS, Web of Science (WOS), Library of Medicine National Institutes of Health (PubMed), ProQuest and Google Scholar, results that were organized according to the PRISMA methodology.
Results: 11 articles were finally included, derived from primary research works, which describe the relationship and impact of chronic insomnia with cardiovascular diseases, their mortality and morbidity.
Conclusions: chronic insomnia is currently established as a modifiable cardiovascular risk factor; its effective treatment will in the future be a preventive measure that will reduce the incidence, mortality and morbidity rates of different cardiovascular diseases.
Keywords: Insomnia; High Blood Pressure; Stroke; Cardiovascular Risk.
RESUMEN
Introducción: las enfermedades cardiovasculares (ECV) para el año 2030 serán la causa de 24,2 millones de muertes en el mundo y cada vez se relaciona dentro de sus factores de riesgo la mala calidad y cantidad de horas de sueño de las personas, con ello el insomnio.
Objetivo: el presenta trabajo de investigación se planteó como objetivo principal el conocer la influencia del insomnio crónico como factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares en personas adultas.
Método: el presente estudio se basa en una revisión integrativa de la literatura de artículos publicados entre los años 2012- 2024, obtenidos del portal de revistas Scientific Electronic Library Online (SciELO) y las bases de datos bibliográficos SCOPUS, Web of Science (WOS), Library of Medicine National Institutes of Health (PubMed), ProQuest y Google Scholar, resultados que fueron organizados de acuerdo a la metodología PRISMA.
Resultados: se incluyeron 11 artículos finalmente derivados de trabajos de investigaciones principales, las cuales describen la relación e impacto del insomnio crónico con las enfermedades cardiovasculares, su mortalidad y morbilidad.
Conclusiones: se establece actualmente al insomnio crónico como factor de riesgo cardiovascular modificable, su tratamiento eficaz será en el futuro una medida de prevención que disminuirá las tasas de incidencia, mortalidad y morbilidad de las diferentes enfermedades cardiovasculares.
Palabras Clave: Insomnio; Hipertensión Arterial; Accidente Cerebrovascular; Riesgo Cardiovascular.
INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el año 2030 las enfermedades cardiovasculares (ECV) serán la causa de 24,2 millones de muertes en el mundo y el 14,9 % será por enfermedad coronaria. Los factores de riesgo usuales son: la obesidad y sedentarismo; sin embargo, existen factores de riesgo que cada vez toman vital importancia por su frecuencia en las personas adultas, estos son: síndrome de apnea/hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS), alteración del sueño y una mala calidad del sueño.(1) En la actualidad, los trastornos del sueño se presentan con mayor frecuencia en la población adulta en general, según la Tercera Clasificación Internacional de la American Academic of Sleep Medicine (ICSD-3) las alteraciones más frecuentes son: insomnio, trastornos respiratorios del sueño, trastornos centrales de la hipersomnolencia, trastornos del ritmo circadiano, parasomnias y los trastornos de movimiento, los cuales se han asociados a varias patologías como: obesidad, diabetes mellitus y resistencia a la insulina.(2)
Una persona adulta usualmente debe tener un promedio de horas de sueño de 8 horas con 16 horas de vigilia, durante las horas de sueño nocturno fisiológicamente existe una reducción de la presión arterial de 10 a 20 mmHg. El sueño se comprende en 2 fases bien definidas: la primera el sueño No REM o de ondas lentas, donde predomina el control del sistema nervioso parasimpático vagal sobre el sistema nervioso simpático, provocando algunos cambios fisiológicos como: disminución de la presión arterial, hipotensión, bradicardia y reducción de sistema vascular periférico en comparación con el estado de vigilia; el sueño No Rem se divide en 4 etapas: etapa I, también llamada de somnolencia o adormecimiento, caracterizada por la desaparición del ritmo alfa y aplanamiento del registro con ondas theta (47HZ). Etapa II, con la aparición de actividad beta (mayor de 13 HZ), husos de sueño y complejos K. Etapa III, donde aparecen ondas lentas thetas con mayor frecuencia que deltas (menor de 4 HZ). Finalmente, la Etapa IV de ondas deltas.(3,4)
La segunda fase es el sueño REM, este aparece generalmente a los 90 minutos después de la fase No REM se caracteriza por atonía muscular generalizada que respeta únicamente la musculatura de los movimientos oculares y la del diafragma.(5)
En Polonia se determinó que, el 37,2 % de los pacientes hipertensos sufrían de insomnio y el 49,8 % de síndrome de apnea obstructiva del sueño (AOS).(2)
En Colombia, según el Observatorio Nacional de Salud evidenció una prevalencia de Hipertensión Arterial (HTA) para el año 2011 del 7,29 % con predominio del sexo femenino, donde confirmaron que uno de los factores de riesgo relacionados a la hipertensión arterial era la depresión y los trastornos del sueño.(6)
En el Ecuador, Bruttó el al.(7) mediante un estudio realizado en Atahualpa, zona rural donde participaron 635 personas con una edad media de 59 años se evaluó la asociación de la calidad del sueño y la salud cardiovascular, mediante el Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh y las siete métricas de salud cardiovascular propuestas por la American Heart Association (AHA), respectivamente; dando como resultado que el 27 % tuvieron mala calidad del sueño, por tanto concluyeron que, los trastornos del sueño de deben principalmente al mal control de factores de riesgo modificables, los cuales tienen una alta influencia en la salud cardiovascular.(7)
Según Li & Shang (8) en su investigación determinaron que, la alteración de la duración del sueño en pacientes hipertensos provoca complicaciones en su patología de base, como el aumento de la prevalencia de HTA no controlada, mala adherencia a los tratamientos, disminución de la calidad de vida, aumento de síntomas depresivos y rigidez vascular periférica.(8)
Por otra parte, Korostovtseva et al.(9) mencionan que, las alteraciones del sueño se asocian fuertemente al deterioro de la salud en general y aumento de riesgos cardiovasculares como: trastornos del ritmo cardíaco, resistencia de ciertos medicamentos, disfunción endotelial, trastornos de los canales iónicos cardíacos, y síndrome de QT largo, entre otros.(9) Así también, una baja excesiva de la presión arterial durante el sueño podría implicar una amenaza a la salud cardiovascular, con mayor predominio paciente con antecedentes de enfermedad coronaria, cerebral y aterosclerosis.(9)
El aumento de la incidencia de enfermedades cardiovasculares y trastornos del sueño de forma independiente como motivo de consulta, amerita poder estudiar a profundidad el insomnio como trastorno del sueño más frecuente y su influencia sobre las diferentes enfermedades cardiovasculares, así también conocer los cambios fisiopatológicos que puede provocar está alteración en la cantidad y calidad del sueño. Por estas razones nos propusimos como objetivo general: conocer la influencia del insomnio crónico como factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares en personas adultas. Finalmente, los objetivos específicos de la presente investigación fueron: determinar los grupos etarios y sexo con mayor prevalencia de insomnio crónico; identificar las enfermedades cardiovasculares que se producen a partir del insomnio en personas adultas y escribir los procesos fisiopatológicos cardiovasculares que produce el insomnio y su impacto en la salud.
MÉTODO
El presente trabajo de investigación se trata de una revisión integrativa de la literatura de alcance descriptivo realizada durante 2 meses (mayo – junio/2024), la cual consistió en 5 fases: 1. Identificación del problema y pregunta de investigación; 2. Establecimiento de los criterios de inclusión y exclusión de estudios; 3. Búsqueda de la literatura por medio de base de datos de contenido científico y categorización de los estudios, 4. Evaluación de los estudios incluidos en la revisión integrativa y análisis de los datos y 5. Interpretación de los resultados y síntesis del conocimiento actual.
La pregunta base de la investigación se elaboró a partir de la estrategia PICO: ¿el insomnio es un factor de riesgo para el desarrollo o complicación de las enfermedades cardiovasculares en personas adultas? Se utilizaron como fuentes el portal de revistas Scientific Electronic Library Online (SciELO) y las bases de datos bibliográficos SCOPUS, Web of Science (WOS), Library of Medicine National Institutes of Health (PubMed), ProQuest y Google Scholar. La búsqueda se efectuó utilizando los descriptores controlados DeCS y MeSH en idioma español e inglés respectivamente, junto a los operadores boléanos: “INSOMNIO” OR “INSOMNIA” AND “FACTOR DE RIESGO” OR “RISK FACTOR” AND “ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR” OR “CARDIOVASCULAR DISEASE” AND “RIESGO CARDIOVASCULAR” OR “CARDIOVASCULAR RISK”.
Se establecieron como criterios de inclusión, los siguientes: estudios primarios publicados en revistas indexadas, durante el período de 12 años (2012 a 2024), estudios cualitativos y cuantitativos, idiomas inglés y español, investigaciones que asocien el insomnio y las enfermedades cardiovasculares, que la población de intervención sean personas adultas (18 a 64 años); y como criterios de exclusión revisiones de literatura, Meta análisis, ausencia del diseño metodológico de la investigación, capítulos, cartas, editoriales, relatos de experiencia y estudios de caso, además investigaciones basadas en hipersomnia o apnea obstructiva del sueño, población de intervención sean embarazadas, niños y/o adolescentes, trastornos psiquiátricos: depresión o ansiedad.
Se realizó la selección de estudios primarios y para el análisis de la información de los estudios se utilizó un instrumento adaptado por Michelato et al.(10) el cual integra los siguientes ítems: autoría del estudio, año y país de la intervención realizada, características metodológicas, resultados y conclusiones acerca del insomnio y las enfermedades cardiovasculares.
Finalmente, se adoptó el análisis descriptivo para conocer las alteraciones cardiovasculares y de la presión arterial en personas adultas que sufren insomnio, analizándolo como factor de riesgo importante para estas patologías.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se incluyeron en el análisis un total de 11 estudios relacionado con el tema y pregunta de investigación, a partir de 346 encontrados en las diferentes bases de datos científicas.
Figura 1. Diagrama de selección de los estudios adaptado del Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses (PRISMA)
Tabla 1. Resultados distribuidos por autor, año y país Del estudio, diseño de investigación, intervención realizada, resultados y conclusiones importantes relacionados con el tema de estudio |
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Autor/es |
Año/País |
Diseño del estudio |
Intervención realizada. Variables analizadas |
Resultados |
Conclusiones |
Kato S, Harada S, Iida M, et al.(11) |
2022/Japón |
Estudio de cohorte, retrospectivo y transversal |
Japoneses 35 a 74 años (N=9.565) sin enfermedades cardiovasculares preexistentes. Insomnio frente a conductas de riesgo cardiovascular. |
La prevalencia de insomnio fue del 13,3% para hombres y 19,3% para mujeres. |
Las enfermedades acumuladas y comportamientos poco saludables se asociaron con un mayor riesgo de Insomnio en habitantes japoneses. Las conductas poco saludables deben considerarse como condiciones previas para insomnio |
Canivet C et al. (12) |
2014/Suecia |
Estudio de cohorte, prospectivo, longitudinal. |
Se analizaron 5875 hombres y 7742 mujeres entre 45 a 64 años sin antecedentes de enfermedad cardiovascular para definir la influencia del insomnio de duraciones cortas y largas del sueño en la incidencia de enfermedades cardiovasculares. |
Los problemas relacionados con algún síntoma de insomnio estuvieron asociados con eventos cardiovasculares con mayor riesgo en mujeres (HR ajustado 1,4 [IC 95% 1,2-1,6] y una fracción atribuible poblacional de 17,3%). |
El insomnio es un importante problema de salud pública con implicaciones en la incidencia de enfermedades cardiovasculares. |
Carter et al. (13) |
2018/USA |
Estudio de casos y controles, longitudinal y prospectivo. |
Participantes con insomnio crónico entre 21 y 65 años de edad (12 con insomnio; 12 control). |
La sensibilidad barorrefleja simpática fue significativamente debilitada en participantes con insomnio (−2,1 ± 1,0 vs. −4,3 ± 1,3 ráfagas/100 latidos/mm Hg; p < 0,001). Durante la prueba de presión fría, existió reactividad sobre la presión arterial sistólica (Δ21 ± 11 vs. Δ14 ± 8 mm Hg; tiempo × grupo = 0,04) y reactividad total de la actividad del nervio simpático muscular (MSNA) (Δ127%, 54%–208% vs. Δ52%, 30%–81%; tiempo × grupo = 0,02), estos factores aumentaron en el insomnio crónico. |
Los participantes con insomnio crónico demostraron una función barorrefleja simpática deteriorada y una función cardiovascular y neural aumentada, respuesta fisiológica al estrés, en comparación con los controles. Estos hallazgos respaldan la reciente evidencia del riesgo cardiovascular e hiperactivacion fisiológica en el insomnio crónico. |
Bertisch SM et al. (14) |
2018/USA |
Estudio de cohorte, prospectivo, longitudinal. |
Análisis a partir de 4.994 participantes con una media de edad de 64 años del tiempo transcurrido hasta el evento de los datos del Sleep Heart Health Study. Cuestionarios y polisomnografía domiciliaria (PSG), participantes inscritos desde 1994 hasta 1998. |
Incidencia de ECV 29% mayor en las personas con insomnio u horas cortas de sueño, siendo 818 personas que sufrieron de alguna de ECVs (de las cuales 99 personas tuvieron angina de pecho, 222 infartos agudos de miocardio (IAM), 250 con procedimientos de revascularización coronaria, 159 accidentes cerebrovasculares (ACV) y 88 muertes por enfermedades cardiovasculares). |
El insomnio o la falta de sueño se asociaron con un mayor riesgo de aparición de ECV incidente, es importante futuros estudios para evaluar el impacto de las intervenciones sobre el sueño y mejorar el insomnio con sueño corto sobre las ECV |
Gaffey AE et al.(15) |
2023/USA |
Estudio de cohorte, retrospectivo, longitudinal. |
Se analizaron militares veteranos que apoyaron la operación 9/11, del 2001 al 2017 (N=1 177 204) determinar la asociación entre el insomnio y la FA. |
La probabilidad de FA fue de 0,42 eventos por 1000 personas-años (IC 95 %, 0,40–0,43). El insomnio se asoció con un mayor riesgo ajustado de 32 % de FA (IC del 95 %, 1,21–1,43), y los veteranos con insomnio mostraron inicio de FA 2 años más temprano de lo habitual. |
El insomnio es un factor de riesgo modificable para la aparición de fibrilación auricular, con intervenciones oportunas y medidas de prevención se puede lograr disminuir la incidencia de la enfermedad.
|
Chien-Yi H et al. (16) |
2015/Taiwán |
Estudio de cohorte poblacional, transversal, muestra aleatoria. |
Un total de 44.080 personas de 20 años o mayores (incluyendo 22.040 individuos con diagnóstico de insomnio). |
Asociación independiente del insomnio frente al desarrollo de un nuevo IAM ([HR] = 1,68, intervalo de confianza [IC] del 95% = 1,31–2,16, p < 0,001), accidente cerebrovascular (HR = 1,85, IC 95% = 1,62–2,12, p < 0,001) . |
Existe una fuerte asociación entre el insomnio con el IAM y ACVs. La mala calidad del sueño se posiciona como un factor de riesgo importante para el desarrollo o complicación de las enfermedades cardiovasculares. |
Wickwire Emerson, Amari Diana et al. (17) |
2022/USA |
Estudio de cohorte retrospectivo, longitudinal. |
Análisis de bases de datos complementarias de Medicare desde enero de 2011 hasta septiembre de 2018, que comprenden datos longitudinales sobre servicios de atención médica para más de 41 millones de personas en los EE. UU. con cobertura de atención médica basada en el empleador. |
Pacientes con HTA+ TI que tomaban benzodiacepinas y derivados tuvieron una probabilidad similar de hospitalizaciones o emergencia por un evento cardiovascular. Sin embargo, el zolpidem ER se asoció con la probabilidad más baja de hospitalizaciones o emergencia (OR: 1,60; IC 95%: 1,18-2,19). |
Existe un riesgo elevado de emergencias cardiovasculares en pacientes hipertensos con insomnio tratado con medicamentos de primeras generaciones en comparación con aquellas personas sin trastornos del sueño. |
Haaramo P et al. (18) |
2013/Finlandia |
Estudio de casos y controles, longitudinal, prospectivo. |
Análisis de personas entre 40 a 60 años de la ciudad de Helsinki (n = 6477, 78% mujeres) |
Los síntomas frecuentes de insomnio asociados a la medicación anti hipertensiva (odds ratio 1,57, 95% de intervalo de confianza 1,23-2,00); frente a los participantes con medicación para la dislipidemia, algo mayor que la hipertensión (odds ratio 1,59, con intervalo de confianza del 95%: 1,19–2,12).; |
El insomnio, factor importante en la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares y factores de riesgo relacionados. |
Bo‑Huei et al. (19) |
2023/Reino Unido |
Estudio de cohorte, prospectivo, longitudinal. |
Se incluyeron 308.683 adultos de mediana edad del Biobanco del Reino Unido. 22 centros médicos en Inglaterra, Gales y Escocia entre 2006 y 2010 |
Los hombres con insomnio perdieron 3,84 años de vida libre de enfermedades cardiovasculares [0,61–8,59]; mientras que las mujeres con trastornos del sueño se asociaron con 1,43 [0,20-3,29] años perdidos. |
La falta de sueño mencionada por el paciente o diagnosticada por el medico se asocian perjudicialmente con una vida libre de enfermedades cardiovasculares, especialmente los individuos con trastornos respiratorios relacionados con el sueño. |
Ulmer CS et al. (20) |
2021/USA |
Ensayo clínico, transversal, muestra aleatoria. |
Militares veteranos ≥ 40 años de edad, inscritos en la atención primaria de Asuntos de Veterano con diagnóstico de hipertensión y/o hipercolesterolemia. . |
El 80% de la muestra cumplió los criterios para trastornos del sueño. El 39% de la muestra dio positivo para insomnio. |
Las alteraciones del sueño sub-diagnosticados o mal tratados son habitual en los militares veteranos con riesgo de enfermedad cardiovascular. |
Carroll et al. JE et al. (21) |
2015/USA |
Ensayo clínico aleatoria, longitudinal. |
Muestra poblacional de 109 adultos mayores con insomnio crónico y primario de la comunidad de Los Ángeles. Se realiza asignación aleatoria de los tratamientos (Terapia conductiva conductual, Tai Chi o sesiones de control del sueño) para reuniones grupales de 2 horas semanales durante 4 meses con una evaluación de 16 meses (1 año después del seguimiento). |
La terapia conductiva conductual disminuyó el riesgo de permanecer en el grupo de alto riesgo a los 4 meses ([OR] = 0,21 [IC 95%, 0,03—1,47], p < 0,10) y a los 16 meses (OR = 0,06 [ IC 95%, 0,005-669]; p < 0,01). |
Los individuos de alto riesgo biológico multisistémico y asignados a TCC o TC muestran mejoras en las puntuaciones de riesgo después de un año de seguimiento. Los biomarcadores clínicos están asociados con el riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas e inflamatorias. |
El presente estudio refuerza la hipótesis de la influencia de los trastornos del sueño en la aparición tanto de factores de riesgos como de enfermedades cardiovasculares. Los resultados demostraron que, las mujeres tienen mayor riesgo de insomnio y trastornos del sueño que los hombres, dentro de los estudios analizados.(11) De la misma manera en el estudio de Bertisch SM et al.(14) realizado en Estados Unidos; estimó una edad media de individuos con insomnio crónico de 64 años. Con lo que discrepa Indacochea-Cáceda S et al. (22) en su estudio realizado en Argentina, donde determina que, del 10 % de habitantes que sufren de insomnio crónico, los ancianos se presentan con mayor predominio (57 %) y las mujeres aumentan su prevalencia junto a otros factores como: desempleo, falta de pareja y bajo nivel socioeconómico.(22)
Por otro lado, en el mismo estudio de Bertisch concluyeron que, existe una alta incidencia (29 %) de ECV en las personas con insomnio u horas cortas de sueño; Chien Yi et al.(16) determinaron una fuerte asociación entre el insomnio y la incidencia de IAM (2,25 frente a 1,08 por 1.000 personas-año) y accidente cerebrovascular (8,01 frente a 3,69 por 1 000 personas-año, p < 0,001). Sin embargo, Gaffey AE et al.(15) comprobaron la asociación particular entre insomnio y la Fibrilación Auricular (FA) con una probabilidad de FA de 0,42 eventos por 1 000 personas-años (IC 95 %, 0,40–0,43). Con lo que concuerda Laugsand LE et al.(23) en su trabajo de investigación realizado en Noruega, que analizó datos de 52 610 hombres y mujeres; y demostraron que, las personas con problemas para conciliar el sueño frecuentemente tenían un 45 % mayor de riesgo de padecer un Infarto Agudo de Miocardio (IAM); mientras que los individuos que despertaban durante el sueño muy seguido tenían 30 % de riesgo; y los que despertaban con la sensación de fatiga y no haber descansado una vez o más durante la semana tenían un 27 % más de riesgo.(23) Sin embargo, difiere de los resultados Hepburn M et al.(24) en su investigación donde determinan que, una de las causas de stroke criptogénico se presentan con mayor prevalencia los trastornos respiratorios del sueño por la hipoxemia e hipercapnia producen, sospechando en el 50 a 70 % de casos de ACVs de apnea obstructiva del sueño.(24) El insomnio se asocia a un mayor riesgo de aparición o complicación de la hipertensión arterial y riesgo cardiovascular, por medio de 3 mecanismos fisiopatológicos: disfunción simpática de los receptores baroreflejos, aumento de la respuesta presora y de la reactividad del nervio simpático muscular. Lo que se asemeja a lo dicho por, donde asocia el insomnio con la hipertensión arterial y disfunción del sistema nervioso autónomo que puede conllevar a: mareos, desmayos, hipotensión ortostática, alteración de la frecuencia cardiaca en ejercicios, diaforesis excesiva, estreñimiento, entre otros.(9,25)
Wickwire EM et al.(17) concluyeron que, los pacientes hipertensos con insomnio tratados con benzodiacepinas tienen más posibilidades de hospitalizaciones o emergencias por un evento cardiovascular (10,8 %). Es así que se asemejan los resultados del estudio realizado por Mesrine Set al.(26) donde se analizaron a 85 353 mujeres con administración de benzodiacepinas, se produjeron 506 fallecimiento a causa de eventos cardiovasculares (HR) ajustado por edad (HR 1,65; IC del 95 %: 1,39; 1,97) concluyendo que, el uso de benzodiacepinas aumenta la mortalidad cardiovascular.(26) Por otro lado, Haaramo P et al.(18) demostraron que, los síntomas frecuentes del insomnio están asociados con la medicación para la hipertensión arterial (odds ratio 1,57, 95 % de intervalo de confianza 1,23-2,00); y mayor en pacientes con medicación para dislipidemia (odds ratio 1,59, con intervalo de confianza del 95 %: 1,19–2,12)(18) Con estos resultados discrepa Johnson DA et al.(27) en su último estudio del Jackson Heart Study, en el que más de la mitad de los participantes (n=664) con hipertensión (48 %) no estaban controlados y el 14 % con hipertensión arterial resistente. Los individuos con Apnea Obstructiva del Sueño (AOS) tuvieron 2 veces más de probabilidad de tener hipertensión arterial resistente, asociados al uso de más de 2 medicamentos antihipertensivos sin control de la misma (OR = 2,0; IC del 95 %: 1,14 a 3,67).(27) Finalmente, Carroll JE et al.(21) determinaron que La terapia conductiva conductual disminuyó el riesgo de permanecer en el grupo de alto riesgo a los 4 meses ([OR] = 0,21 [IC 95 %, 0,03—1,47], p < 0,10) y a los 16 meses (OR = 0,06 [ IC 95 %, 0,005-669]; p < 0,01). Por otro lado, el Tai Chi redujo el riesgo a los 16 meses (OR = 0,10 [IC del 95 %, 0,008—1,29]; p < 0,05) pero no a los 4 meses. Así también, el 90 % de los participantes que ingresaron al estudio en el grupo de alto riesgo se recategorizaron en el de menor riesgo luego de la mejora de calidad del sueño (2 = 6,08, p = 0,01). Similar a los resultados de Bo‑Huei et al.(19) donde observaron que, los individuos con trastornos del sueño perdieron 1,80 [IC 95 %: 0,96–2,75] y 2,31 [1,46–3,29] años libres de enfermedad cardiovascular en mujeres y hombres, respectivamente. Se asemeja a lo descrito por Contreras & Pérez.(28) en su revisión bibliográfica donde describe en base a metaanálisis y guías europeas del sueño que, el principal tratamiento para el insomnio son las medidas no farmacológicas, siendo la de elección la TCC; sin embargo, no todos los pacientes terminan adhiriéndose al mismo por las múltiples sesiones que deben realizarse.(28) Así también lo define Sateia MJ et al.(29) en la Guía de práctica clínica para el tratamiento farmacológico del insomnio crónico a la TCC como conducta de primera línea antes del tratamiento farmacológico y la importancia del tratamiento del insomnio crónico por estar relacionado con un mayor riesgo cardiovascular, desarrollo de hipertensión: además de patologías psiquiátricas como: depresión y ansiedad, problemas económicos y sociales.(29) Finalmente, el insomnio al ser un motivo de consulta frecuente en la atención primaria, se debe realizar mayores investigaciones sobre sus diferentes tratamientos farmacológicos y no farmacológicos y evaluar su eficacia con el fin de prevenir el desarrollo de patologías cardiovasculares, metabólicas y psiquiátricas.
CONCLUSIONES
El insomnio predomina en el sexo femenino, con una media de edad de 64 años. Sin embargo, se ha evidenciado que las personas adultas mayores tienen mayores trastornos del sueño sin poder realizar especificaciones en el presente estudio. El insomnio crónico tiene gran influencia en la salud cardiovascular por sus alteraciones fisiopatológicas, estas son: 1. Alteración del barorreflejo simpático, mecanismo regular importante de la presión arterial a corto plazo e hipotensión ortostática a largo plazo. 2. Aumento de la respuesta presora al estrés y disfunción del sistema nervioso autónomo (SNA). 3. Aumento de la reactividad de la actividad del nervio simpático muscular. El insomnio, también provoca otras alteraciones funcionales, como: estreñimiento, taquicardia, diaforesis excesiva, hipotensión ortostática, desmayos, entre otros eventos controlados por el SNA. El tratamiento del insomnio fortalece la prevención de enfermedades cardiovasculares, como: hipertensión arterial, cardiopatías isquémicas, accidentes cerebrovasculares, además se ha identificado un aumento en la incidencia de fibrilación auricular en personas adultas con insomnio. Además de esto, las enfermedades metabólicas asociadas a las alteraciones del sueño con mayor frecuencia son: diabetes Mellitus, Insulinoresistencia y Obesidad.
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FINANCIACIÓN
No existe financiación para el presente trabajo.
CONFLICTO DE INTERÉS
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA
Conceptualización: Alejandra Hurtado Taranto.
Curación de datos: John Galarza Mendoza.
Análisis formal: Fabián Zavala Gálvez
Investigación: Juan Carlos Serrano.
Metodología: Mercedes Cruz Campoverde.
Supervisión: Giampiero Campelo Palacios.
Validación: Dario Cazares Morales.
Redacción – borrador original: Diego Cedeño Molina.
Redacción – revisión y edición: Joel Carrera González.